Páginas

jueves, 11 de marzo de 2010

ASIENTO...

ASIENTO:
HACER EL SANTO
Cuando una persona "hace el santo", él o ella, es conocida como iyawó o yaguó.
Durante el año siguiente a la iniciación así es como se dirigen a él o a ella los santeros y practicantes de Santería.
Durante la ceremonia del asiento cuando él "hace el santo", el iyawó "muere" una muerte mística y renace en Osha, el nombre africano para Santería.
Un año después, cuando la madrina o padrino da al uyawó la libreta en la cual se revela su vida futura, el iyawó ve una anotación en la primera página de la libreta que dice: "Hoy nació en Osha una niño que fue llamado...".
Aquí esta escrito el nuevo nombre africano del iyawó seguido por la fecha de la iniciación.
La libreta, que nunca debe ser vista por nadie excepto su dueño, enumera todos los otros Orishas que el iniciado también debe recibir y como él mismo puede protegerse de cualquier peligro o dificultad que pueda surgir.
La ceremonia es secreta y nunca debe ser revelada.
La razón de la popularidad de Obbatalá es que él es el dueño de todas las cabezas y cuando hay duda quien es el verdadero ángel de la guarda del iyawó, es siempre seguro iniciarlo en los misterios de Obbatalá.
También, cuando una persona hace el santo para recuperarse de una grave enfermedad, los santeros algunas veces coronan a Obbatalá en la cabeza de la persona para asegurar que él escape de la muerte.
Algunas de las iniciaciones más complicadas son las de Elegguá y Oyá.
El día del asiento es cuidadosamente escogido ya que durante la menstruación una mujer debe abstenerse de tocar cualquier cosa que pertenezca a los Orishas o incluso de acercarse al salón donde están guardados lo otanes.
Los collares no deben usarse tampoco durante este tiempo.
El pago de la ceremonia se usa para pagar los derechos del babalawo, el oriaté, el ayubona y los dieciséis iyalochas que asisten a la ceremonia, todos los cuales tienen que recibir el pago sagrado exigido por la tradición. (El dieciséis es un número sagrado para Obbatalá; otros Orishas requieren su propio número de iyalochas o babalochas).
Del resto del dinero la madrina compra los animales de sacrificio, los varios implementos y armas de los Orishas, la comida y la ropa, incluyendo un hermoso vestido y la corona que se usa después del asiento.
Lo que queda se gasta en otras necesidades, tales como soperas en las cuales se guardan lo otanes.
Dieciséis días es el tiempo usual pasado en la casa de la madrina o el padrino o ilé.orisha (casa de los santos), porque hay dieciséis Orishas adorados en Osha y dieciséis caracoles en este sistema de adivinación.
Después de que la iniciación se acaba, el iyawó permanece siete días mas en la casa de la madrina, tiempo después del cual se le permite partir.