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jueves, 25 de febrero de 2010

LOS COLLARES

LOS COLLARES
Recibir los collares es el primer paso hacia la consagración al sacerdocio y la hermandad de la Regla de Osha.
Esta ceremonia significa recibir el ashé y la bendición de los Santos.
Podemos decir que es la iniciación del creyente en la religión.
El collar es sagrado y se le debe respetar igual que al Santo que representa.
Los collares no se usan por su belleza, sino obedeciendo a razones religiosas, en ellos tanto el número de cuentas, así como el color de las mismas tienen un significado.
Cada Orisha tiene varios collares, pues cada uno es la expresión de atributos diferentes, como por ejemplo pudiéramos ver el collar de Oshún, el cual puede esta formado completamente por cuentas amarillas que simbolizan el oro, ya que ella es la dueña de este metal en la liturgia Yoruba, como puede estar formado por cuentas amarillas y rojas, estas últimas simbolizan a la candela y es el color de Changó y ella usa este color pues Changó es su amor eterno.
Las razones por las que se reciben los collares son muchas y muy variadas.
Las mas frecuentes son:
1) Por enfermedad, porque lo pide el Santo en un registro.
2) Porque la persona nació con "letra de Santo".
3) Para evitar un peligro y estar resguardado.
4) Porque la persona lo desee.
5) En ocasiones el espíritu o guía de la persona, fue un negro africano, que conoció en la Tierra la Santería y quiere que su "identidad material" tenga puesto los collares.
Collar de Obbatalá
Está formado completamente por cuentas blancas.
En ocasiones puede tener además cuentas rojas dependiendo del camino.
Collar de Yemayá
Está formado por cuentas blancas (de agua o cristal) y azules.
Se ensartan de la siguiente forma:
Siete de cristal, siete azules, después una de cristal y una azul a completar siete de cada cual entremezcladas y comenzar de nuevo, siguiendo el mismo orden.
La marca de Yemayá es el siete.
Collar de Oshún
Lleva todos sus cuentas amarillas.
Hay otros dos tipos de collares de Oshún, que salen muchos en los registros y que son los siguientes:
1) Cinco cuentas ámbar, a continuación cinco rojas, después una roja y una ámbar entremezcladas hasta completar cinco de cada una, siguiendo de esta forma hasta darle el largo deseado.
2) Se empieza por una verde seguida de una roja y otra verde, entonces se ponen cinco amarillas y así sucesivamente.
La marca de Oshún es el cinco.
Collar de Changó
Está formado por cuentas blancas y rojas.
Se ponen seis rojas y seis blancas, después una roja y una blanca entremezcladas hasta completar seis de cada una, empezando de nuevo, hasta obtener el largo deseado.
También puede estar formado por cuentas rojas y blancas alternas.
La marca de Changó es seis.
Collar de Elegguá
Está formado por cuentas rojas y negras.
Se colocan tres rojas y tres negras, después una roja y una negra, entremezcladas hasta completar tres de cada cual.
También puede estar compuesto por cuentas rojas y negras alternas.
La marca de Elegguá es el tres.
Collar de Oggún
Esta formado por cuentas verdes y negras.
Se ponen siete verde y siete negras, después una de cada una entremezcladas hasta poner siete de cada cual, continuando después desde el inicio.
Siete es la marca de Oggún.
Collar de Orunlá
Cuentas verdes y amarillas alternas, una de cada una. Tomas Perez Medina
LOS COLLARES LOS ENCONTRARAS EN TIENDA SIRIUS

lunes, 15 de febrero de 2010

HERRAMIENTAS "ORISHA OYÁ"

ORISHA OYÁ
El metal por excelencia de Oyá es el cobre u oro rosado.
Oyá lleva sus nueve herramientas en la corona, que son las herramientas de Oggún; pala, martillo, hoz, yunque, pico, rastrillo, cuchillo, rayo o centella y duadaña.
También lleva nueve pulseras o manillas de ocbre u oro rosado.
Se consideran herramientas por excelencia de Oyá la maraca de flamboyán la cual se decora con cintas de colores terminadas en cascabeles, con ella se llama y se saluda a Oyá y se aleja a Ikú (la muerte).
El irude es el elemento con el que Oyá limpia a sus hijos, con movimientos circulares sobre sus cabezas.
También limpia los espacios, aleja la enfermedad y se usa para limpiar los cuerpos de santeros fallecidos para asegurarles un feliz pasaje al Paraíso.
Cuando Oyá sale a guerrear también usa su irude, limpiando el camino para que llegue Changó a conquistar el territorio.
El iruke es el arma de defensa de Oyá y sus omó.
También, si la Orisha lo pide se le colocan dos tarros o cuernos de búfalo, dicen que Oyá para supervisar a sus Egungún se convertía en búfalo, otros dicen que era parte de su camuflaje para no ser reconocida por sus enemigos.
Las encontraras en TIENDA SIRIUS

ORISHA "OSHUN OLOLODÍ"

"OSHÚN OLOLODÍ"
Es la dueña de las represas; es la Apetebí de Orunmila, la madre de Poroye y Oloshe, es doble en su adó.
Es guerrera, a la persona que le sale de Ángel de la Guarda, puede ser muy majadera, pero justa y sentimental.
Sus enemigos no la pueden vencer nunca.
Cuando se incomoda con sus hijos, es muy peligrosa con ellos.
Es revolucionaria y le gusta dar con hierro y machete.
Se le pone cencerro, machete, un caballo, corona que lleva caracoles.
Hay que tejerle una maya con plomada.
Lleva un irofá con la empuñadura forrada con cuentas de Orunmila; lleva en su interior arena cernida de mar y de río.
Se le hace banté con cinco pañuelos de seda de cinco colores colgados por las puntas.
Su collar lleva nácar, coral, cinco cuentas de marfil, aguaverde y ámbar.
Los Arará la llaman Atiti. PATAKIN EL CAMINO DE OSHÚN, LA APETERBÍ DE ORUNMILA.
Un día Elegbá le dijo a Oshún Ololodi que hiciera ebbó para que se quitara el arayé que tenía arriba y los ojos de la gente, ya que todo el mundo la deseaba porque era muy linda.
Una vez Olofin le había preguntado a Orunmila por qué él no quería a Oshún siendo ésta tan bonita y buena.
Un día Orunmila hizo ebbó con ekú, eyá, awadó.
El ebbó era para limpiarse y llevarlo a la manigua.
Cuando llegó a la manigua, él vio un campo de bledo muy tupido y él se dijo: "Es bueno para mi casa".
Y cuando fue a dar un paso para recoger bledo, cayó en un pozo ciego que había en el campo. Ese día Oshún había hecho ebbó y lo había llevado para el mismo lugar y también fue a recoger bledo.
Ella vio a Orunmila que se había caído en el pozo y se dijo: "Pero si es Orunmila."
Se quitó inmediatamente la ropa y con ella hizo una soga y sacó a Orunmila del pozo realizando grandes esfuerzos. Cuando lo sacó, éste, al verla desnuda le dio pena y se quitó parte de su ropa y la tapó.
Entonces la llevó cargada para el pueblo y la gente empezó a decir: "Mira a Orunmila cargando a Oshún." Orunmila le preguntó a Olofin que si esa obiní era la que le convenía y éste le dijo que sí y Orunmila hizo lo que Olofin le dijo. EL CAMINO DE OSHÚN OLOLODI, LA ADIVINA. En este camino Oshún Ololodi adivinaba a la gente por medio del Dilogún, pero a su vez a ella le gustaba mirarse e investigar bien su vida y fue de un lugar a otro indagando hasta que llegó donde Orunmila.
Cuando éste la miró le dijo que ella ya sabía todo lo que él le iba a decir, puesto que ella era intérprete del Dilogún y tenía el poder de adivinar con las barajas y en el espiritismo.
Oshún se fue después que Orunmila le explicó bien las cosas.
Ella le dijo que estaba conforme e hizo lo que le mandaron.
Después de lo cual le vino la prosperidad al continuar adivinando con las cartas.
Nota:
En este camino se dan baños y se usa perfume, se le pone un juego de cartas a Oshún.

ELEKE DE "OYÁ"

COLOR Y COLLAR (ELEKE) NÚMEROS O MARCAS
Oyá es dueña de los colores del arco iris, pero la caracterizan con el vino tinto o marrón (por su aficción al cocholate).
Todo lo relacionado con Oyá tiene muchos colores vivos, alegres.
Todos menos el negro.
Es importante esta acotación.
El número de Oyá es el nueve (9), por ser el aire que es esencial para la vida animal, y vegetal, las ofrendas llevan todo tipo de menestras y viandas.
Su collar es de cuentas vino tinto o marrones con rayitas azules y blancas.
Se intercalan con cuentas marrones o vino tinto enteras y rojas (este color se lo regaló Changó) en hileras de nueve.
Oyá se viste con una mariwó, sobre-falda hecha de las hojas secas provenientes de la parte superior del follaje de la palma real, yagua, y la palma abanico.
Debajo del mariwó lleva otra especie de falda que se elabora con nueve pañuelos de diferentes colores, terminada en pico de donde cuelgan un cascabel por pañuelo.
El vestido de base es de crinolina floreada.
Una banda de la misma tela o cintas multicolores se enrollan en su cabello o cabeza.
Todas las ofrendas y trabajos que se realicen con Oyá se cumplen a las nueve horas, nueve días, nueve semanas.

PATAKIE "OYÁ"

OYÁ Y LA CENTELLA
PATAKIE
Oyá estaba casado con Oggún, pero al enamorarse de Changó se dejó raptar por el dios del trueno, lo que produjo la enemistad entre los dos Orishas.
Se dice que un día Changó fue apresado por sus alborotos en una fiesta, siendo encerrado en un calabozo, con siete vueltas de llave.
Al ver que su amado no venia, Oyá vislumbró a Changó en su celda.
Y así, con un canto:
"Centella que bá bené,
Yo sumarela sube,
Centella que bá bené,
Yo sube arriba palo".
La poderosa Orisha movió los vientos y del cielo bajó una centella que rompió las rejas de la prisión.
Oyá bajó del cielo en un remolino y rescató a Changó.
Hasta aquel día Changó no sabía que Oyá tenía centella.
Ahí empezó a respetarla.

LA DIGNIDAD Y SER DIGNO EN OSHA-IFA

"LA DIGNIDAD Y SER DIGNO EN OSHA-IFA"
"Osha-Ifá crece y se expande en diferentes países y regiones, así como entre los diferentes grupos y clases de la sociedad.
Está continuamente incorporando costumbres y tradiciones de los individuos con los que interactúa y todos estos procesos transcurren con una rapidez que se hace difícil pensar en los mecanismos tradicionales de transmisión de conocimientos de padrino a ahijado como única forma de transmisión de sabiduría y conductas.
Una de las conductas que más preocupan en la actualidad sobre la existencia, expansión, promoción y desarrollo de Osha-Ifá, es la conducta digna del practicante de esta religión.
De nuestros mayores heredamos no sólo los Oshas y Orishas que por muchos años nos han acompañado. Heredamos rasgos y atributos de un modo de ser virtuoso. Aprendimos ese alto respeto por nuestros ancestros, por nuestra historia; respeto por nosotros mismos como individuos y por quienes nos rodean.
Dicha consideración se extiende ampliamente hacia nuestra propia concepción de sí mismo y hacia la percepción que tenemos del mundo circundante.
Es esencial que la proyección de nuestro ser sea digna, con ella veneramos todo lo grande y puro de nuestra religión: a los ancestros en primer plano, a los Oshas y los Orishas; a los códigos que guían nuestras conductas - Código Ético de los Odun de Ifá; Código Ético de Iká Fun; las Reglas de Osha-Ifá para Iyawó, los cuerpos de Refranes de los Odun de Ifá y de las Letras del Dilogún: que son la norma de lo digno-; a nuestros Mayores, a nuestras familias biológicas y religiosas, a La Naturaleza y a la propia existencia humana y a la sociedad en que vivimos. Cuando actuamos con los preceptos y referencias descritas anteriormente, entonces actuamos con dignidad. Un sacerdote de Osha-Ifá debe ser, ante todo, un ser digno.
Debe ser también merecedor del respeto que genere por su propia dignidad y la que muestre ante las situaciones en que la vida y los Oshas o los Orisha lo coloquen para ver su valía y su carácter.
Nuestros modales deben ser mesurados y desprovistos de arranques groseros o petulantes que ofendan nuestro entorno social, religioso o natural.
Nuestro vestir debe decirle al resto de la sociedad lo cuidadosos que somos de las observaciones de nuestras reglas.
La sobriedad y el recato son dos buenas actitudes típicas de un religioso que se empeñe en seguir la vida ejemplar de nuestros Oshas y Orishas.
El seguidor de nuestros Oshas y Orishas debe tener un alto respeto de sí mismo-no para ser engreído y abusador de otros seres-muy por el contrario, para dignificar, con su actitud, la vida toda, en un acto de profundo respeto y humildad.
Al tratar a otros seres humanos, sean religiosos o no, debemos considerar a cada uno como parte de la creación misma hecha por Olodumare y, por ello, deben ser considerados en toda su magnitud y grandeza.
He aquí algunos mandamientos del Código Ético de los Odun Ifá que refuerzan lo que decimos. Observen cuánta sabiduría hay encerrada en cada uno de los ejemplos:
En relación a la moral.
Otrupon Kosa: El Awó debe tener moral y respeto en la religión.
Ojuani Pokon: El Awó no permite que sus impulsos lo arrastren.
En relación a la actitud sexual.
Otura She: El Awó evita las cuestiones de vergüenza y las aberraciones sexuales.
En relación a la violencia, los vicios y las bebidas alcohólicas.
Ogbe Yono: Con violencia no se resuelve nada; la soberbia, al final, cuesta la vida.
Iroso Fumbo: El Awó no tiene vicios para que no se olvide de Ifá.
Oshe Trupon: El Awó no debe ser adicto a las bebidas alcohólicas para que no hable lo que no debe.
En relación a la obediencia y el respeto.
Odi Fumbo: El Awó gana cuando es obediente.
Osa Fun: El Awó debe respetar a sus Mayores.
Ogunda Kete: El Awó se respeta para que lo respeten.
En relación al dinero y la codicia.
Ojuani Tanshela: El Awó se pierde en la avaricia.
Obara Fun: El Awó nunca discute por dinero.
Osa Roso: El Awó ayuda el necesitado desinteresadamente y perdona el enemigo que se arrepiente sinceramente.
Por todos los seres que nos rodean, por la existencia humana y de la naturaleza, para conservar nuestros valores de Osha-Ifá y nuestra historia, seamos cada día más dignos ante nuestros códigos morales y éticos y frente a la inocencia de nuestros semejantes.
www.proyecto-orunmila.org Ernesto Valdés Jane Adé Yerí

viernes, 12 de febrero de 2010

ORISHA "OYA YANSA"

ORISHA "OYA YANSA"
CUANDO LLAMAR A OYA
El momento de llamar a Oya es cuando se necesita energía para solucionar o terminar un trabajo, toda ofrenda se le debe presentar de la manera más humilde y respetuosa.
Al igual que Hécate ella suele conceder lo que considera mejor para sus hijos y devotos, por lo que no se le puede ni debe forzar a hacer la voluntad de quien solicita sus favores, por otro lado, aunque no es la representante de la maternidad en el panteón Yoruba, es común que las mujeres le ofrenden cuando desean tener hijos.
En la mitología Africana, representa la magia, pues gobierna sobre el inframundo, lo oscuro y lo desconocido.
Cuando se desee pedir la ayuda de Oya se debe tener en consideración el número nueve, pues es el que la representa, sus ofrendas suelen ser ropas floreadas y berenjenas.
En cuando al número, se ponen nueve frutos, nueve flores, el día nueve o la hora nueve.

jueves, 11 de febrero de 2010

OBBATALÁ Y YEMAYÁ

OBBATALÁ Y YEMAYÁ
Por sus poderes ilimitados muchos de ellos realizan grandes metamorfosis por las vías más inesperadas, en las invocaciones de los sacerdotes y sacerdotisas de una religión milenaria que les rinde culto a cada uno de ellos en particular y a la totalidad de ellos, encabezados por el gran Obbatalá, el creador de todo lo conocido, el que dio origen a todos los hombres, y por Yemayá, la madre de todos los "encantados", la dueña de las corrientes marinas y de todo lo que atañe al mar.
Son libres y se comunican con quien quieren, cuando quieren o cuando pueden, en virtud de sus propias ocupaciones que no les permiten estar dispuestos a satisfacer los caprichos de cualquiera, no siéndole dado a nadie el hacerlos venir contra su voluntad; es preciso esperarlos, tomarles el paso y generalmente cuando menos los esperamos, se presentan con hechos concluyentes y por demás interesantes.
Para asegurar su regreso al mundo de los hombres, investidos de poderes especiales, dotados de la suprema autoridad, asentándose sobre las cabezas, tomando posesión de los hombros, las caderas o las piernas de sus hijos, estos Orishas tienen la peculiaridad de presentarse en este mundo en "posesiones" inverosímiles que les permiten mantener su integridad y su presencia, manifestandose en oportunidad de los bailes y fiestas que los devotos realizan en su honor, utilizando todo su poder para adueñarse de la voluntad del creyente, para manifestarse y expresarse a través de él, creándoles una debilidad, un mundo de ensueño, una sensibilidad poderosa e irresistible, una facultad de combinarse con el "ente" con una creciente rabia y desesperación que raya con la angustia, pues no les basta con querer mostrarse, es preciso que al creyente se le permita establecer con más facilidad la comunicación, recibiendo la fuerza de vida que emana de ellos, plegándose a la voluntad de los dioses, pero también robusteciéndolos.
Ellos le dan a su presencia diversas apariencias de su agrado y en consecuencia producen efectos más o menos pronunciados que obedecen a la estimulación producida por ellos, tomando posesión, dignando trasladarse a su cuerpo para manifestarse, o por el trance místico del participante, que en una relación llena de fervor, golpeando con ímpetu desbordado los tambores, acelerando su ritmo y añadiendo a éstos el sonar de los güiros, las campanitas y diversos objetos que produzcan ruido, pretenden llamar la atención de las supremas entidades, procurando con su intervención captar el lenguaje peculiar de los seres invisibles, intensificando su poder para la posesión del creyente y provocar de esta forma la "bajada del santo", ya que los dioses son atraídos por los sonidos de estos instrumentos, que son parte de sus atributos, por la armonía y la simpatía hacia el ejecutante con quien tienen empatías secretas, por las semejanzas de caracteres con el "poseso" y la similitud de sus gustos, las relaciones que mantienen con sus semejantes y aquellas que establecen consigo mismo.
Tabaré Güerere
CONTINUARA...

martes, 9 de febrero de 2010

LOS OTANES

LOS OTANES
Esta fuerza, esta energía se robustece por la veneración de los hombres, por ello se hacía indispensable mantenerla, preservarla y utlizarla en provecho de los seres que aún se mantenían en el mundo de los vivos, sin reconocer limitaciones para influir sobre el curso de los acontecimientos en beneficio propio se valían de objetos de la naturaleza con los cuales elaboraban un "fundamento", una cazuela que pudiera contener los otanes, las piedras sagradas que se cree están habituadas y donde residen las deidades, que sin tener ni abrir sus bocas son capaces de revelas la voluntad de sus designios; piedras de pertenencia particular imbuidas de su personalidad, donde se guardan su influencia, su parecido y su tensión mágica, que pueden ser distinguidas por su material, su color, su forma y hasta su número, conservando así el poder, la energía de ese ancestro para venerarlo y rendirle ofrendas; ya que los hombres somos demasiado olvidadizos con los dioses a quienes hemos formado a nuestra imagen y semejanza.
A estos ancestros divinizados convertidos en Orishas, viejas historias los recuerdan asentados en grandes fortalezas rodeados de su corte, refiriendo hechos donde se les atribuían poderes para controlar determinadas fuerzas de la naturaleza, narrando sucesos en los cuales sus conjuros eran capaces de obligar a las lluvias a obedecerles, a ellos les fue concedida la posibilidad de ejercer ciertas actividades y era fama que por sus capacidades ilimitadas podían utilizar los conocimientos sobre las propiedades de las plantas en curaciones de diversa índole tornandose así en verdaderos curanderos con poderes confiables para quien los invocaban.
Una religión para considerarse como tal sólo podrá ser aquella que abarque el mundo circundante, será una religión universal que nos atañe a todos, aquella que reconoce un creador singular, un dios único, un mismo origen, pero suele ser este dios demasiado volátil, estar demasiado alejado del mundo de los hombres para que estos puedan establecer contacto directo con él, acaso son necesarios ciertos intermediarios, ciertas entidades con poderes propios, con vínculos suficientes para establecer esta relación perdida, ese conocimiento o contacto con la entidad suprema, divinidades que han el papel de correa de transmisión entre lo humano y lo divino, adoptando diferentes modalidades, diversidad de cultos con lo cuales se le veneran, llámense estos, santos en el catolicismo, o quizás espíritus para los espiritistas, Hekuras para los indígenas, u Orishas para los negros Yorubas.
Tabaré Güerere

HIERBAS DE OSHAS Y ORISHAS

HIERBAS DE OSHAS Y ORISHAS
A las plantas, por sus propiedades, se les han atribuido cualidades mágicas y han sido asociadas a determinados Oshas y Orishas.
De las plantas, mediante determinados procedimientos rituales, se les extrae su sabia para hacer un líquido denominado Omiero con el cual se purifican las Otá (piedras), objetos y atributos religiosos que en determinado número representan a las divinidades.
Este Omiero se usa también en algunas ocasiones como una bebida y/o para darse baños, baldear la casa, etc.
Las Otá después de ser purificadas con el omiero cobran vida con el aliento de los animales que se ofrendan a los Oshas y Orishas y se vitalizan con la sangre del sacrificio.
Con las carnes de los animales que se ofrendaron se preparan comidas rituales para los oficiantes y con la vísceras se hacen ofrendas a las divinidades.
Hierbas de Azowano Abre camino (Eupatorium villosum) Acacia - paraíso blanco (Moringa olifera) Albahaca cimarrona (Ocimum gratissimum) Albahaca mondonguera (Ocimum basilicum) Apasote (Chenopodium ambrosioides) Caisimón de anís (Piper auritum) Cardón (Euphorbia lactea) Chirimoya (Annona Cherimolia) Ciruela (Spondias purpurea) Colonia (Alpinia speciosa) Cundeamor (Momordica charantia) Escoba amarga (Parthenium hysterophorus) Estropajo (Luffa cylindrica) Guanábana (Annona muricata) Malanga (Xanthosoma sagittifolium) Maní (Arachis hypogaea) Pendejera (Solanum torvum) Rompe camisa [no identificado] Rompezaragüey (Vernonia methaefolia) Salvia (Pluchea odorata) Vergonzosa (Mimosa pudica)

LA LLAMADA A LOS ORISHAS

LOS ORISHAS
PARTE I
En ocasiones especiales, durante el desarrollo de un registro, sorprendentemente, respondiendo a una orden misteriosa, con envolvente fuerza y seducción, con la presencia de símbolos, atributos y signos, en un conjuro que solo a ellos les es permitido poseer, los petrificados caracoles, luego de ser frotados al unísono unos con otros en las manos del oficiante, las doce conchas marinas tiradas en desorden sobre la estera, nos encaminan hacia los linderos más profundos de lo desconocido, haciendonos temblar de estremecimiento, invadiendo nuestros sentidos de una tensión pertubadora, logrando reproducir fielmente las decisiones de las deidades consultadas, sin milagros, sin rezos, sin esperas, ya que ciertos ensalmos los han dotado de poderes especiales en un pacto sellado entre los iniciados y los Orishas, a los primeros por sus conocimientos, su sabiduría y su poder omnipresente y donde a estos últimos compete determinar las condiciones bajo las cuales desean consentir el acceso al mundo de la ultratumba y permitir al santero, por sus lazos directos con los santos, por su capacidad de observar todos los ritos del culto, escuchar los designios de las entidades supremas, dar su interpretación de las mismas, redondeando así la obra que los dioses negros le han encomendado.
A los Orishas se les invoca de diversas maneras, de vida voz, con rezos especiales, donde el oficiante habla con ellos, incitándolos a la acción, con voluntad fuerte ara producir la reacción deseada, generalmente en voz alta, con el convencimiento ardiente de que la magia dará resultado, pues los sacerdotes mantienen en su interior el aliento de la vida y el nexo religioso, en una comunicación con los seres misteriosos, para merecer su auxilio o para dominarlos por el poder de la palabra, en la creencia de que las palabras son fuentes de energía, con la seguridad inconmovible de que las deidades entienden todos los idiomas, pero con especial deleitación la lengua Yoruba con la cual "hablan" con ellos, empleando gestos y ademanes, toda la mímica necesaria como un lenguaje secreto y misterioso entre el iniciado y sus ídolos, para propiciar la realización de astos transcendentales que den énfasis a su plegaria, para hacerlos mas propicios y comprensivos, pues el poder espiritual y mágico de las palabras es tan grande que su vocalización puede poner en movimiento impulsos vibratorios gigantescos, obligando a los dioses, por la intermediación oral entre los hombres y las divinidades, a someterse a las conveniencias de los creyentes, o por medio de ciertos cánticos llamados suyeres, dirigidos a las entidades sobrenaturales.
Tabare Güerere
CONTINUARA...

miércoles, 3 de febrero de 2010

HIERBAS DE OSHAS Y ORISHAS

HIERBAS DE OSHAS Y ORISHAS
A las plantas, por sus propiedades, se les han atribuido cualidades mágicas y han sido asociadas a determinados Oshas y Orishas.
De las plantas, mediante determinados procedimientos rituales, se les extrae su sabia para hacer un líquido denominado Omiero con el cual se purifican las Otá (piedras), objetos y atributos religiosos que en determinado número representan a las divinidades.
Este Omiero se usa también en algunas ocasiones como una bebida y/o para darse baños, baldear la casa, etc.
Las Otá después de ser purificadas con el omiero cobran vida con el aliento de los animales que se ofrendan a los Oshas y Orishas y se vitalizan con la sangre del sacrificio. Con las carnes de los animales que se ofrendaron se preparan comidas rituales para los oficiantes y con la vísceras se hacen ofrendas a las divinidades.
Hierbas de Orumila Aceitunillo (Beilschmiedia pendula) Aguinaldo morado (Ipomoea crassicaulis) Coquito africano [no identificada] Cundeamor (Momordica charantia) Guanina (Cassia tora) Mamey de Santo Domingo (Mammea americana) Mano de San Francisco [no identificada] Mano poderosa [no identificada] Maravilla (Mirabilis jalapa) Palma real (Roystonea regia) Pata de gallina (Dactyloctenium aegyptium) Piña de ratón (Bromelia pinguin) Romerillo amarillo (Weddelia rugosa tenuis) Yerba hedionda (Cassia occidentails)

ORISHA "ORULA"

ORUNMILA/ORULA/ORUNLA Orisha rector del Oráculo de Ifá.
Divinidad principal del iniciado en Ifá.
Representa la sabiduría, la inteligencia, la elocuencia, la sencillez, la picardía y la astucia utilizadas para vencer al mal y a la muerte.
Orunmila, como divinidad, es testigo de la Creación y de la elección del destino que escoge el espíritu antes de encarnar el cuerpo biológico del ser humano.
Por esta razón tiene el título Orunmila eleri-ipin ibikeji."Orula elerí ipínIré keji Olodumare Onatumo agbedebeyoAlapa siyan iwi OduduwaAché ishe miní, Orula somo somoOrula Iboru, Orula Iboyá, Orula Ibosheshé".
Tiene el conocimiento de las cosas secretas del ser humano y la naturaleza, así como el conocimiento acumulado sobre la historia de la humanidad.
En el plano humano representa las espiritualidades de todos los Babalawo caídos.
Es el Orisha rector de los odun del oráculo de Ifá.
No se asienta en la cabeza y sólo se comunica a través de su oráculo. Goza del privilegio de conocer el principio y origen de todas las cosas, incluidos los Oshas y Orishas.
Permite que el hombre conozca su futuro e influya sobre él.
Está muy relacionado con Eshu.
Está presente en el momento anterior en que el espíritu encarna a un ser creado.
Representa la seguridad, el apoyo y el consuelo ante la incertidumbre de la vida.
Con su ayuda todo es posible. Sus sacerdotes pudieran ser los mejores organizados, los más místicos y más sabios. Eshu es su ayudante.
El sacerdocio del Orisha Orula existe en el mismo concepto en que puede existir a otros Oshas y Orishas con la diferencia de que es exclusivo, en cuanto a la iniciación para hombres heterosexuales y dentro de éstos, para aquellos que no caen en trance.
Los títulos de las mujeres en Ifá son Ikofafun ni Orunmila y Apeteví Ayafá que son rangos superiores al del Awó Fakan ni Orunmila.
Las Apeteví Ayafá son las dueñas del Ifá de sus esposos y no existe petición que les hagan a ese Ifá que no sea escuchada de un modo privilegiado.
Mientras que Orunmila representa y resume la espiritualidad de los Babalawos difuntos, Ifá como irradiación astral es una descomunal magnitud de conocimiento sobre la naturaleza, la sociedad, el pensar humano y el ser social.
El collar de Orula es de cuentas de verdes y amarillas alternas. PATAKIE El camino de la Guerra de Abita y Orunmila
Abita desde hacía tiempo quería medirse con Orunmila pues éste cada vez que Abita perjudicaba a alguien con sus trabajos, Orunmila lo salvaba.
Entonces Abita preparó a todos sus adeptos, los Ashumulei -hechiceros-, para derrotar a Orunmila, preparó un trabajo y citó a Orunmila para pelear.
Orunmila hizo osorde y se vio éste Ifá. Preparó el ebbó para la lucha y llamando a su ayudante Ogún se hizo ashinimá y mandó a Ogún al monte a buscar ewé yilobo que era el único que derrotaba a Abita.
Orunmila le dijo a Ogún: Déjame pelear a mí solo, mi última arma la emplearé si Abita juega sucio en la lucha.
El día de la lucha llegó, fue un viernes que es día de perturbaciones, empezaron por hacer proezas; pero Abita tenía un iyeká -un polvo maléfico- y en un descuido de Orunmila se lo sopló y éste cayó fulminado.
Todos los secuaces de Abita cantaron y bailaron pues Orunmila estaba Ikú, lo metieron en su casa y se reunieron el sábado para acordar:
1ro. Hacer todo lo posible porque Ela no reviviera.
2do. Si Ela volvía en sí, que no lo dejaran levantarse.
3ro. Si Ela se levantaba, que no lo dejaran llegar a su tablero para que no pudiera llamar a los Imolé del cielo.
Abita y todos los Ashumuleí estaban de guardia y llamaban a todo el mundo para que vieran a Orunmila que estaba Ikú.
Orunmila que no estaba muerto pues el ashinimá que había hecho lo había evitado y el iyeká sólo lo había adormecido y el domingo cuando menos lo esperaban, Orunmila recobró el conocimiento y agarrando el gajo de pomarrosa -ewé yilebo- que tenía al lado, empezó a cantar:
"Ewé Yilebo Iguí Deré Iná Bakuaré Korawó Korawó Iná Bakuré Oye Oye Nilé Awó".
Orunmila es como la pomarrosa, árbol duro que el fuego de la brujería ataca; pero no puede con él; la brujería se va de la casa del Awó.
Y según cantaba golpeaba a los Ashumuleí, destruyéndolos a todos. Abita, al ver esto, no le quedó más remedio que aceptar que con Orunmila no podía y que era Apataki Imalé Alakaiyé -el principal de los Orishas-..

lunes, 1 de febrero de 2010

ESHÚ-ELEGUARÁ-ELEGGUÁ

ESHU-ELEGUAR-A-ELEGGUÁ
Es un Osha.
El primero de un grupo inseparable conceptualmente junto con Oggún, Osshosi y Osun (Orisha Oddé).
Es la primera protección de un individuo que siempre está para salvarle, su guía.
Este es el primero que debe entregársele cualquier persona.
Representa la vista que sigue un sendero.
En la naturaleza está simbolizado por las rocas.
Es el mensajero de Olofin.
Vino a la tierra acompañando a Obatalá.
Es un Orisha adivino.
Es el que abre y cierra los caminos.
Vive generalmente detrás de la puerta.
Siempre hay que contar con él para hacer cualquier cosa.
Es portero del monte y de la sabana.
Eleguá es una otá que representa la naturaleza del individuo que lo recibe; no se carga generalmente.
Es un Osha que se consagra en la cabeza del iniciado, va a estera el día del itá de Osha y habla por el Dilogún.
Su conversación es fundamental junto con la del Ángel de la Guarda y determina el signo principal del Olosha.
Es el Orisha rector e intérprete de las Letras del subsistema oracular del Dilogún y juega un papel importante en el subsistema oracular de Biange y Aditoto.
Lo entregan los Babaloshas e Iyaloshas.
Es el único que fue y regresó del mundo de Ará Onú.
Eshu: Es un Orisha.
Está en el grupo de Orisha Oddé.
Rige las manifestaciones de lo malévolo, para que se manifieste lo benévolo hay que tener en cuenta el mal y tomar precauciones para evadirlo.
Es un Orisha que entregan los Babalawo y lo consagran con diversos elementos de la naturaleza.
No se consagra en la cabeza, no habla por el Dilogún y no va a estera.
Trabaja directamente con Orula; es el que lleva el ebbó y da cuenta de las ofrendas que se hacen.
La mayoría de los Oshas y Orishas se hacen acompañar por un Eshu específico.
Además, todos los Odun de Ifá tienen su Eshu particular, al igual que todas las circunstancias de la vida pueden llevarlo.
Eshu, como objeto de adoración, es fabricado por los Awó ni Orunmila. Algunos nombres de Iyawo Omó Elegguá Eshu Carire Eshu Itolú Eshu Bí Eshu Lona Eshu Dina Osikan Eshu Miwa Agó cecde PATAKIE DE ELEGGUÁ "Como Nació Eleguá"
Según la libreta de Osha de María Antoñica Fines
En cierta tribu africana había un obá que se llamaba Eshu Okuboro.
Con su mujer Agñagui tuvo un hijo al que llamaron Eleguá.
Creció el muchacho y, como Obaloye que era, le nombraron su correspondiente séquito.
Un día Eleguá salió a pasear y al llegar a un cruce de cuatro caminos paró de repente el caballo.
Los guardias, sin saber la causa, se pararon también.
Unos segundos después, Eleguá se desmontó y dio unos pasos, se detuvo y repitió toda la operación tres veces, hasta llegar al lugar donde vio aquello que lo hizo detenerse.
Era sólo una luz, o más bien dos ojos relumbrantes que estaban en el suelo.
Fue un asombro para su séquito, pues cuando llegaron al lugar vieron que Eleguá se agachó y cogió un coco seco.
Aquel muchacho tan travieso que no le temía a nada ni a nadie y que en todo se metía, fuera malo o bueno, que tan pronto era tu amigo como tu enemigo, que estaba envalentonado por ser príncipe, ¿era capaz de sentir temor por aquel insignificante coquito?
Eleguá llevó el coco a su casa y le contó a sus padres lo que había visto, pero no le creyeron.
Entonces tiró el coco detrás de la puerta y ahí lo dejó.
Pero un día, reunida toda la casa Real en una fiesta, todos vieron con asombro las luces del coco y se horrorizaron de aquello.
Tres días después de la fiesta, Eleguá murió.
Durante el velorio el coco estuvo alumbrando, reverenciado con temor por todos los concurrentes.
Mucho tiempo después de la muerte del príncipe Eleguá, el pueblo pasaba por una situación desesperada y los Awó se reunieron y determinaron que todo ocurría por causa del abandono en que se encontraba el coco dejado por Eleguá y fueron a rendirle culto, pero hallaron el coco vacío y comido por los bichos.
Entonces deliberaron sobre lo que se debía hacer con él, un objeto sin duda alguna sagrado.Decidieron hacer todo lo posible para que perdurara a través de los siglos.
Pensaron, por fin, en la otá (piedra), y la aceptaron lavada, poniéndola en un rincón, lo cual se ha seguido haciendo hasta la actualidad.
Este fue el origen de Eleguá.
Por eso se dice:
Ikú lobi Osha (el Muerto parió al Santo), y es una gran verdad que si no hay muertos no hay santos: Que Otokú Umboelese Olodumare Ibae, Ibayentimoyen Ibayentonu, Iba Baba Iba Yeye, Iba Apetevi Ayafa, Iba Kabachele.

PATAKIE "OBBATALÁ"

PATAKIE DE OBBATALÁ El Camino de la Defensa Eterna de Obbatalá Una vez Obbatalá quería saber quienes eran sus eternos adoradores y creyentes parciales e imparciales, entonces fue a casa de Orunmila que le vio el Odun Ogbe Bara y le mandó hacer ebbó y hacer una obra a la mañana siguiente.
Temprano en la mañana Obbatalá puso en el quicio de la puerta de su casa veintiún awadó y les dio eyegbalé de akukó y lanzó a la calle la voz de que habían matado a Obbatalá.
Obbatalá Olufón al enterrarse de aquello, de la sorpresa y el dolor se convirtió en una otá.
El primero en llegar a la casa de Obbatalá fue Eyelé, el segundo Etú, el tercero Elegguá, el cuarto Oggún, el quinto Osshosi y el sexto Osun.
Cerró la noche y más nadie fue a enterarse si Obbatalá estaba vivo o estaba muerto.
Obbatalá dice entonces: Obatalá Olufón es mi eterno adorador, pues es Orisha por mí.
Eyelé fuiste la primera que llegaste a mi casa, serás símbolo mío en la tierra;
Etú fuiste la segunda, serás la que orientes el bien que me pidan;
Elegguá, seguirás detrás de la puerta y comerás antes que yo, que soy Obbatalá;
Oggún, Osshosi y Osun también vinieron con Eleggguá y comerán antes que yo.
Buscando una partida de comprensión, todos ustedes serán mi apoyo.
Así Obbatalá pudo distinguir quienes eran sus fieles.
To Iban Eshu.
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