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lunes, 8 de octubre de 2012

EGUMGUM EL CULTO A LOS ANCESTROS...


Altar de los Ancestros
A los ancestros se les piden favores, protección y ayuda para nuestra evolución espiritual. 
Si no tienes ofrendas para darles puedes colocar un vaso de agua fresca y una velita blanca en su honor, ellos estarán agradecidos de esto y te ayudaran con el mismo amor que si ofrecieras mucho más. 
El altar de los ancestros se puede preparar de la siguiente manera sobre un mantel blanco:
Retratos de nuestros seres queridos que han fallecido.
7 o 9 vasos de agua fresca siendo el del medio el más grande colocándolos en forma de herradura y colocando un rosario sobre el vaso grande principal.
Flores frescas, cigarros y velas.
Comidas y bebidas que ellos gustaban.
Objetos que pertenecían a ellos.
Las ofrendas se cambian los días lunes preferiblemente, pueden remover la comida que se daña antes de la próxima ofrenda y recuerden que es la intención amorosa lo que cuenta. 
EGUMGUM EL CULTO A LOS ANCESTROS
Los Yorùbá consideran fundamental la reverencia a los Egúngún, los ancestros de cada persona, ya que gracias a ellos existimos.
Para la veneración de los antepasados su pueden utilizar varios Òrìşà. 
Uno de ellos es Orò, que es la reverencia a un espíritu de grandes poderes ancestrales.
También se le rinde culto a Alagemo, cuya práctica es una danza de manifestación en los festivales de Egúngún en Nigeria, como símbolo de tradición.
Además, se propicia a Egbe Orun Egbe Aye, la fraternidad del cielo y la tierra, que representa el mundo espiritual de todos los muertos así como familias o comunidades de cualquier territorio en el planeta.
Dentro del mundo de los espíritus también podemos encontrar a los los Aje Osa eleje (las brujas). 

Estos entes malévolos nacen en el Òsá Méjì y representan la destrucción de la humanidad.
Sus actividades se basan en crear problemas, enfermedades y pobreza; además, pueden hacer pagar a un deudor o hacer salir de una deuda a cualquier persona.
Para lograr la prosperidad y el equilibrio en la vida es importante propiciar a los espíritus, tanto a aquellos antepasados como a las brujas, para que no dirijan su mal hacia nuestra persona.