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jueves, 24 de septiembre de 2009

LA LLAMADA A LOS "ORISHAS"

LA LLAMADA A LOS "ORISHAS"
PARTE I
En ocasiones especiales, durante el desarrollo de un registro, sorprendentemente, respondiendo a una orden misteriosa, con envolvente fuerza y seducción, con la presencia de símbolos, atributos y signos, en un conjuro que sólo a ellos es es permitido posee, los petrificados caracoles, luego de ser frotados al unísono unos con otros en las manos del oficiante, las doce conchas marinas tiradas en desorden sobre la estera, nos encaminan hacia los linderos más profundos de los desconocido, haciéndonos temblar de estremecimiento, invadiendo nuestros sentidos de una tensión perturbadora, logrando reproducir fielmente las decisiones de las deidades consultadas, sin milagros, sin rezos, sin esperas, ya que ciertos ensalmos los han dotado de poderes especiales en un pacto sellado entre los iniciados y los Orishas, a los primeros por sus conocimientos, su sabiduría y su poder omnipresente y donde a estos últimos compete determinar las condiciones bajo las cuales desean consentir el acceso al mundo de la ultratumba y permitir al santero, por sus lazos directos con los santos, por su capacidad de observar todos los ritos del culto, escuchar los designios de las entidades supremas, dar su interpretación de mas mismas, redondeando así la obra que los dioses negros le han encomendado.
A los Orishas, se les invoca de diversas maneras, de viva voz, con rezos especiales, donde el oficiante habla con ellos, incitándolos a la acción, con voluntad fuerte para producir la reacción deseada, generalmente en voz alta, con el convencimiento ardiente de que la magia dará resultado, pues los sacerdotes mantienen en su interior el aliento de la vida y el nexo religioso, en una comunicación con los seres misteriosos, para merecer su auxilio o para dominarlos por el poder de la palabra, en la creencia de que las palabras son fuentes de energía, con la seguridad inconmovible de que las deidades entienden todos los idiomas, pero con especial deleitación la lengua Yoruba con la cual "hablan" con ellos, empleando gestos y ademanes, toda la mímica necesaria como un lenguaje secreto y misterioso entre el iniciado y sus ídolos, para propiciar la realización de actos trascendentales que den énfasis a su plegaria, para hacerlos más propicios y comprensivos, pues el poder espiritual y mágico de las palabras es tan grande que su vocalización puede poner en movimiento impulsos vibratorios gigantescos, obligando a los dioses, por la intermediación oral entre los hombres y las divinidades, a someterse a las conveniencias de los creyentes, o por medio de ciertos cánticos llamados suyeres, dirigidos a las entidades sobrenaturales.
T. Güerere
CONTINUARÁ ...