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lunes, 18 de enero de 2010

PATAKIE "OSSAIN"

PATAKIN
EL CAMINO DONDE EL OSAINISTA CURÓ AL MAYOMBERO.
Ernesto Valdés Jane Adé Yerí
En la cima de una loma vivía un hombre con su hijo, el cual era mayombero, y el hijo no estaba de acuerdo con la religión de su padre.
Según fue creciendo el muchacho, más se fueron incrementando los problemas entre ambos, hasta que ya siendo el muchacho un joven, se fue de la casa para hacer su vida de una manera formal y distinta. Después de pasar mucho tiempo y trabajo, tuvo que vivir mucho tiempo en el monte.
Un día al anochecer, se le apareció un hombre que tenía un solo ojo, era manco y era cojo.
El muchacho trató de correr pero no pudo, estaba asustado; pero el hombre lo calmó y explicó todos los trabajos que había pasado producto de las brujerías de su padre, pero que él no era malo.
El muchacho se acercó a aquel hombre y le preguntó que cómo él sabía tanto de su vida, a lo que el hombre respondió que él era el Obá del monte y, aunque imperfecto, poseía facultades grandes y extensas, hasta el punto de que sin él, no había nacimiento de ninguna religión, pues el poseía todos los secretos y que él tenía algunas dudas; le iba a dar el nombre y le dijo: "Yo me llamo Ossain y soy el Obá de todos los medicamentos y todos los elementos beneficiosos y perjudiciales que existen en la tierra".
El muchacho se sorprendió más aun, pues él sabía que por allí vivía un ser al que todos llamaban Ossain al cual todos temían.
Ossain se retiró diciéndole que volvería al otro día, y así lo hizo. Al repetir sus visitas, al cabo de tres viernes, éste sentó al muchacho y le dijo: "¿Por qué, con las necesidades que tienes y el hambre que estás pasando, no me has pedido nada?"
A lo que el muchacho le contestó que si él era el Obá no le pediría nada, pues él estaba acostumbrado a no pedir, pues le daba pena.
Ossain le preguntó al muchacho que si quería ser poderoso y librar una guerra con él.
El muchacho respondió que sí.
Ossain le dijo que lo acompañara y así lo llevó a la parte más intrincada del monte.
Ya dentro del monte, pasaron otros tres viernes, en los cuales Ossain preparó un caldero de Osain para el muchacho.
El último viernes lo llamó y le dijo: "Yo tengo esto y te lo entrego para que de ahora en lo adelante no tengas más dificultades ni malos ratos proporcionados por los mayomberos.
Todas las batallas las ganarás siempre que me obedezcas, pero sólo respetarás a tú padre pues él te hizo y va a necesitar de ti".
El muchacho salió del monte y se estableció en las afueras del pueblo, donde conoció a varias personas a las cuales sirvió.
Al cabo del tiempo fue a visitar a Orunla, el cual lo miró y le dijo que tenía que hacer Ifá para que su suerte fuera completa, y así lo hizo.
Al pasar el tiempo, este muchacho se convirtió en un hombre de mucha fama por sus poderes y virtudes, no desatendió a Ossain ni a Orunla.
Un día el padre lo mandó a buscar con urgencia, pues estaba enfermo.
El hijo acudió al llamado del padre y éste le contó que desde mucho tiempo venía padeciendo de enfermedades y que su prenda no lo curaba y el hijo lo miró y le mandó que hiciera ebbó con varias cosas.
También que hiciera un sarayeye con un gallo grifo y que se lo diera a Ossain.
El padre así lo hizo, y se curó, y desde entonces se llevan como padre e hijo.
El muchacho era Ogbe Wene