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miércoles, 5 de febrero de 2014

LAMPARA DE CALABAZA...

LA LÁMPARA DE CALABAZA
Olofin había hecho a los hombres y Olorun, el Sol, les daba la luz para que crecieran, trabajaran y con el fruto obtenido pudieran comer y vestir.
Pero la luz del Sol sólo duraba la mitad del tiempo.

Luego venía la noche, larga y aburrida, en la que los hombres no podían casi ni moverse porque la oscuridad se lo impedía.
A veces la luna iluminaba un poco, pero no era lo suficiente para alegrar a los humanos.
Viendo Oshún que también en la noche los hombres necesitaban disfrutar mejor de sus vidas, se le ocurrió un plan.

Fue a ver a Olofin y con su dulce voz le explicó:
–Babá, los hombres también necesitan luz por las noches y a mí se me ha ocurrido hacer una lámpara de calabaza y entregársela.
–Yo te dejaría hacerlo –repuso Olofin– pero, para que te autorice a ello, ¿qué me das tú a cambio?
La diosa habló al oído del Supremo Hacedor, el que sonrió pícaramente.
Días después Olofin convocó a todos los orishas a una fiesta en su palacio.

Oshún bailó para todos con su piel ungida de oñí y la lámpara ideada por ella en la cabeza.

Los asistentes quedaron muy contentos y Olofin terminó diciendo públicamente:
–Oshún está autorizada a entregar a los hombres esa lámpara de calabaza, para que se iluminen por las noches.