ORISHA "OKO"
Orisha Oko es un espíritu oscuro y misterioso.
Tiene sacerdotes, pero en numero muy reducido.
Los secretos para coronarlo en la cabeza están perdidos en la mayoría de las lineas de la fe fuera de Cuba.
No obstante, es un espíritu vivo que goza de buena salud en el seno de esta religión, aunque normalmente es recibido como un Orisha adimú, es decir, el que no es coronado en la cabeza sino recibido por los sacerdotes y sacerdotisas después de la iniciación del asiento.
Se dice que espiritualmente Oko es un hijo de la tierra misma, nacido cuando se retiraron los océanos.
En algunos patakies es el marido de Olokun; otros lo vinculan con Olosa (la laguna) o Yemayá.
También se dice que es increíblemente hermoso durante el día y que su forma es igualmente horrible durante la noche; él encarna la fecundidad y el declinar de la tierra, y sus misterios abarcan todos los ciclos terrenales.
Se cree que Oko encarnó físicamente entre los mortales en la antigua ciudad de Irawo.
Fue su rey y gobernó sobre sus súbditos antes del descubrimiento de la agricultura.
Durante su reinado en la tierra, Oko sufrió la lepra y fue desterrado por sus propios súbditos.
La esposa del monarca le fue leal y acompañó a su marido en su vagar por los campos.
Con el tiempo, a través de sueños, Oko descubrió los secretos relacionados con la plantación, los cultivos y las cosechas, y, a medida que dominaba estas habilidades, se fue curando de la lepra.
Regresó a Irawo con estos nuevos secretos y recuperó su lugar como gobernante.
A cambio, él enseñó a sus súbditos los secretos de la agricultura, y en la ciudad se fortaleció y se enriqueció bajo su reinado.
Muchas décadas después de su muerte, Oko llegó a ser conocido como orisha Oko, el patrón de los granjeros, tanto en Irawo como en el resto de la nación yoruba.
Este espíritu está asociado con los colores rosa y azul, y es recibido con la forma de un granjero que labra la tierra con un buey.
Sincretiza con San Isidro Labrador.
Su otá (piedra sagrada) es blanca y se encuentra en los campos recién labrados.
Su piedra ha de quedar expuesta, no cerrada dentro de una sopera, pero su diloggún se conserva dentro de una pequeña sopera junto a su altar.
No hay ningún numero que este directamente asociado con él.
Para la ceremonia de adivinación Obí se le invoca con una maraca de delicadas cuentas.
Ocha'ni Lele