PATAKIE DEL OBBI
Obbi era un santo muy presumido y vanidoso.
Un día Olofin dió una fiesta a la que fueron todos los orishas.
Después que llegaron, entró Obbi, y cuando éste iba a entrar, toda la gente que acostumbraba a congregarse en la puerta del templo fue a saludarlo y a pedirle dinero, como lo hacían con todos, pero Obbi los rechazó y no quiso que lo tocaran.
Después, en el interior del templo, cuando todos los santos se sentaban en el suelo, Obbi no quiso hacerlo porque se ensuciaba, y fué tanta su vanidad y su orgullo, que las quejas llegaron a oídos de Olofin.
El mismo dijo que comprobaría si lo que decían era verdad.
Olofin dio otra fiesta y se disfrazó de mendigo, de manera que Obbi no lo conociera.
Cuando lo vio entrar, le salió al paso para darle la mano y Obbi, al ver quien era, quedó tan sorprendido que perdió el habla.
Olofin le dijo que le iba a devolver el habla, pero que donde único podría hablar, sería en el suelo, como castigo, por ser tan orgulloso y vanidoso.
Por eso el coco se tira en el suelo y habla con dos caras.