EL CAMINO DEL CHIVO QUE ROMPE TAMBOR Y CON SU PELLEJO LO PAGA.
En la tierra Arará se reunían varios Awó para tocar el tambor del Obá.
En esa tierra, el tambor no se oía porque lo tocaban muy bajito, porque el cuero del tambor era de piel humana y los Awó no lo podían romper porque el Obá había decretado que el que rompiera el cuero de ese tambor lo tenía que pagar con su pellejo y ellos sabiendo esto, lo cuidaban para no romperlo.
Orunla, que vivía cerca de allí, hizo ebbó y salió tocando por toda la comarca con su tambor que era de cuero de chivo, llegando a reunir a varios Awó, a tal extremo, que el tambor de Orunla se oía muy lejos y todos se fueron reuniendo.
Al Obá le llamó la atención el sonido del mismo, mandando un emisario a ver a Orunla para que éste lo fuera a ver al palacio, pero Orunla le respondió que él no entraba en su tierra porque el que entraba en su tierra no salía más.
El Obá, al recibir esta respuesta por boca de su emisario, fue a ver personalmente a Orunla, invitándole y diciéndole que no tendría problemas ni dificultades, que podía tocar su tambor allí. Orunla entró hasta donde estaba el Obá tocando su tambor con su chivo amarrado.
Este le dijo:
"Toca mi tambor a ver si suena tan alto como el tuyo".
Y Orunla respondió que él no tocaba el tambor del Obá.
Entonces le dijo al chivo que se subiera encima del tambor del Obá.
El chivo se encaramó rompiéndole el cuero del tambor del Obá.
El Obá le dijo a Orunla que tenía que pagárselo con su pellejo, contestándole Orunla: "Yo no he roto el tambor, así que no pago nada".
El Obá le alegó que su chivo lo había roto y que tenía que pagarle.
Entonces Orunla respondió:
"El que subió y rompió el tambor fue el chivo, es él quien tiene que pagarlo".
Entonces el chivo pagó con su pellejo siendo así como en la tierra Arará, en la tribu de ese Obá, se oía más fuerte el tambor que el de cuero humano después que Orunla mandó a poner cuero de chivo y desde ese momento, los Awó de esa tierra empezaron a tocar tambor con cuero de chivo.