Oro u Orun es uno de los cultos más secretos
en el país Yorùbá, está vinculado con Ikú (la muerte).
Algunos afirman que el culto y sistema Oro fue
tomado de los monos rojos, llamados Ejimere.
Consiste en un fundamento cuya carga es secreta,
preparado por los Babalawos dentro de una tinaja negra, sellada con cemento de
la cual sobresalen 9 o 18 cauries según sea el fundamento, un caracol Cobo y en
algunos casos la cabeza de dos muñecos (uno Obiní y uno Okuní) también
cargados.
Otro de los elementos que acompañan a Oro es un
bastón (pagugú) adornado en algunos casos en la punta con la talla de una
calavera, cuyos ojos son dos cauríes son la parte da la apertura natural hacia
adentro, un machete, una teja (Ikokó Awadorono Kole Unoricha) y un Eshu de Oro
montado en una piedra (otá) porosa o de arrecife. Un elemento fundamental de
culto a Oro consta de un trozo de metal plano o de una madera plana en forma de
pez con una larga cuerda que antiguamente se ataba a un poste.
Cuando el viento soplaba se movía emitiendo un
sonido agudo llamado Ejáoro (pez de Oro).
Esa es la voz misma de Oro.
Entre los Ijebú y los Egbá, Oro es mucho más sagrado e importante que el mismo
Egungún.
En los tiempos antiguos los miembros de la sociedad
Oro eran también los ejecutores de los criminales.
Cuando la gente era condenada a morir por la corte
Ogboni, eran los miembros del culto Oro quienes tenían que llevar a cabo la
sentencia.
Cuando Oro salía de noche, los que eran miembros
del culto debían permanecer dentro de la casa y de salir estaban corriendo
riesgo de muerte.
Otros de las energías de la misma clase son los
Igbis (árboles), por eso el monte o los bosques son tan particulares para el
culto a Egungún.
En el caso de los Igbis, son personificados por
seres humanos enmascarados que llevan una imagen en la cabeza.
Entre los Òyó, la gente de Iseyin y Jabata son los
principales adoradores de Oro.
Cada año tienen 7 días para su adoración.
Durante todo el día las mujeres se quedan
encerradas en la casa, excepto unas pocas horas que se les permite procurarse
algunas provisiones.
El séptimo día ni siquiera esto se les permite y se
mantienen rigurosamente encerradas.
Para la que no lo cumpla significa una muerte
segura y esta pena se ejecuta no importa cual sea el título, la riqueza o la
posición que tenga la mujer que se aventure a mirar a Oro.
El Culto a Oro, se mantiene vivo entre los Babalawos en Cuba, quienes son los
encargados de Jurar a los hombres que deseen poseer el fundamento de Oro,
aquellos que pretendan ser Orìatés, deberán según las verdaderas tradiciones
pertenecer al culto Oro, lo cual les permitirá a la hora de dirigir un Ituto
(ceremonia mortuoria) hacerlo con sapiencia. Los jurados ante el fundamento de
Oro, luego de recibirlo y pasar por rigurosos rituales, se denominan Omo Oro y
se les realiza un Itá con no menos de tres Babalawos por medio de Orunla y
reciben el Odú que los caracteriza dentro de la Sociedad Oro