PARTE II
Al son de los tambores, entes mágicos, habitáculos de un dios, a los que hay que complacer y alimentar, dando lugar a otra jerarquía reservada exclusivamente a los hombres, los OluBatá, en ceremonias donde a cada uno de los Orishas se le dedica un toque especial en su honor, que solo a él compete, para su complacencia y bienestar, que incorporado a las ceremonias dan una fuerza operativa contra las fuerzas misteriosas de la naturaleza, produciéndose de esta manera, una música litúrgica, un recurso expresivo de carácter mágico-religiosos, suya sensibilidad provoca un conjunto rítmico de resonancia emotiva, lleno de melodías con proporciones armónicas tan peculiares que permiten hablar al tambor.
"De los cantos afroocidentales muchos, sin duda, pasaron el mar y fueron transplantados en estos países cisatlanticos. De los cantos sagrados de los lucumís, que se siguen entonando en América, muchos son los mismos, con ninguna o pocas variantes, que fueron traídos de África con los dioses y sus liturgias. Las religiones africanas no perdieron sus músicas tradicionales al paso del mar, ni adoptaron otras nuevas. Los fieles, sacerdotes y músicos, las conservaron en sus mentes, grabadas en ellas por prodigiosa memoria, es decir, en los mismos "archivos" donde eran conservadas en África a través de centurias y en América las reprodujeron en todas partes donde fueron injertadas."
Para hablar con los Orishas, para lograr que los toques de tambor lleguen al oído de las divinidades y despierten su interés para las peticiones que realizan sus acólitos, con una evocación a los dioses que se encuentran alejados y distantes, sin prestar atención al éxtasis religioso en que se encuentran sus devotos, es necesario un creciente poder, una fuerza que logre excitarlos e impelerlos a la acción.
Para reforzar la fuerza con que se tocan los tambores, se valen de aquellos instrumentos que lo provocan y lo propician:
-El pico de auxilio o cualquier pito, para Elegguá.
-Las tumbadoras para Echú.
-Tabletas de madera para Babalú-Ayé.
-Una campana de plata o de cualquier metal blanco para Obbatalá.
-Campana de metal amarillo para Oshún.
-La baya del flamboyán para Oyá.
-Una maraca pintada de rojo y blanco para Changó.
-Maraca pintada de azul y blanco para Yemayá.
T- Güerere
CONTINUARÁ ...