VIRGEN DE REGLA
La patrona de los pescadores de la bahía de La
Habana, la Virgen de Regla, se representa aquí conforme a su iconografía
habitual en Cuba: la imagen mariana es negra y sostiene entre sus manos al Niño
Jesús blanco.
Un extraño contraste del que no existe parangón en
La Palma.
Se trata de una escultura en madera policromada que
está colocada sobre una peana de nubes blancas y está nimbada completamente por
una mandorla ovalada de plata.
A sus pies está colocada una media luna de plata en
su color y rodea su cabeza un sol de doce estrellas del mismo material.
La preciosa imagen queda arropada completamente – a
excepción de las dos delicadas manos y su pequeño rostro oscuro y cabellera
negra con raya en medio – con traje ancho de seda labrada y bordada con detalles
florales y toca blanca de encajes en sus bordes; otras características son: sus
grandes ojos entornados de cristal y expresión ensimismada y dulce; fina nariz
y pequeña boca carnosa, mentón prominente y amplia frente; humildes sandalias
atadas a los pies, no apreciables por estar cubiertas por el manto y que, según
el profesor Pérez Morera, “acentúan su identificación con el pueblo
sencillo y con la raza negra, una de las tres que poblaron el Nuevo Mundo.”