"LA DIGNIDAD Y SER DIGNO EN OSHA-IFA"
"Osha-Ifá crece y se expande en diferentes
países y regiones, así como entre los diferentes grupos y clases de la
sociedad.
Está continuamente incorporando costumbres y
tradiciones de los individuos con los que interactúa y todos estos procesos
transcurren con una rapidez que se hace difícil pensar en los mecanismos
tradicionales de transmisión de conocimientos de padrino a ahijado como única
forma de transmisión de sabiduría y conductas.
Una de las conductas que más preocupan en la
actualidad sobre la existencia, expansión, promoción y desarrollo de Osha-Ifá,
es la conducta digna del practicante de esta religión.
De nuestros mayores heredamos no sólo los Oshas y
Orishas que por muchos años nos han acompañado. Heredamos rasgos y atributos de
un modo de ser virtuoso. Aprendimos ese alto respeto por nuestros ancestros,
por nuestra historia; respeto por nosotros mismos como individuos y por quienes
nos rodean.
Dicha consideración se extiende ampliamente hacia
nuestra propia concepción de sí mismo y hacia la percepción que tenemos del
mundo circundante.
Es esencial que la proyección de nuestro ser sea
digna, con ella veneramos todo lo grande y puro de nuestra religión: a los
ancestros en primer plano, a los Oshas y los Orishas; a los códigos que guían
nuestras conductas - Código Ético de los Odun de Ifá; Código Ético de Iká Fun;
las Reglas de Osha-Ifá para Iyawó, los cuerpos de Refranes de los Odun de Ifá y
de las Letras del Dilogún: que son la norma de lo digno-; a nuestros Mayores, a
nuestras familias biológicas y religiosas, a La Naturaleza y a la propia
existencia humana y a la sociedad en que vivimos. Cuando actuamos con los
preceptos y referencias descritas anteriormente, entonces actuamos con
dignidad. Un sacerdote de Osha-Ifá debe ser, ante todo, un ser digno.
Debe ser también merecedor del respeto que genere
por su propia dignidad y la que muestre ante las situaciones en que la vida y
los Oshas o los Orisha lo coloquen para ver su valía y su carácter.
Nuestros modales deben ser mesurados y desprovistos
de arranques groseros o petulantes que ofendan nuestro entorno social,
religioso o natural.
Nuestro vestir debe decirle al resto de la sociedad
lo cuidadosos que somos de las observaciones de nuestras reglas.
La sobriedad y el recato son dos buenas actitudes
típicas de un religioso que se empeñe en seguir la vida ejemplar de nuestros
Oshas y Orishas.
El seguidor de nuestros Oshas y Orishas debe tener
un alto respeto de sí mismo-no para ser engreído y abusador de otros seres-muy
por el contrario, para dignificar, con su actitud, la vida toda, en un acto de
profundo respeto y humildad.
Al tratar a otros seres humanos, sean religiosos o
no, debemos considerar a cada uno como parte de la creación misma hecha por
Olodumare y, por ello, deben ser considerados en toda su magnitud y grandeza.
He aquí algunos mandamientos del Código Ético de
los Odun Ifá que refuerzan lo que decimos. Observen cuánta sabiduría hay
encerrada en cada uno de los ejemplos:
En relación a la moral.
Otrupon Kosa: El Awó debe tener moral y respeto en
la religión.
Ojuani Pokon: El Awó no permite que sus impulsos lo
arrastren.
En relación a la actitud sexual.
Otura She: El Awó evita las cuestiones de vergüenza
y las aberraciones sexuales.
En relación a la violencia, los vicios y las
bebidas alcohólicas.
Ogbe Yono: Con violencia no se resuelve nada; la
soberbia, al final, cuesta la vida.
Iroso Fumbo: El Awó no tiene vicios para que no se
olvide de Ifá.
Oshe Trupon: El Awó no debe ser adicto a las
bebidas alcohólicas para que no hable lo que no debe.
En relación a la obediencia y el respeto.
Odi Fumbo: El Awó gana cuando es obediente.
Osa Fun: El Awó debe respetar a sus Mayores.
Ogunda Kete: El Awó se respeta para que lo
respeten.
En relación al dinero y la codicia.
Ojuani Tanshela: El Awó se pierde en la avaricia.
Obara Fun: El Awó nunca discute por dinero.
Osa Roso: El Awó ayuda el necesitado
desinteresadamente y perdona el enemigo que se arrepiente sinceramente.
Por todos los seres que nos rodean, por la
existencia humana y de la naturaleza, para conservar nuestros valores de
Osha-Ifá y nuestra historia, seamos cada día más dignos ante nuestros códigos
morales y éticos y frente a la inocencia de nuestros semejantes.
Ernesto Valdés Jane Adé Yerí