El Espiritismo es una doctrina
filosófica nacida en Francia a mediados del siglo XIX. Esta doctrina está
basada en los libros escritos por el pedagogo francés Hippolyte Léon Denizard
Rivail bajo el seudónimo de Allan Kardec. Etimológicamente, el vocablo
“espiritismo” se refiere al “sistema para el estudio de los espíritus” y fue el
propio Kardec quien afirmó haber acuñado el término en la introducción de su
“Libro de los Espíritus”. El espiritismo postula, según su fundador, “el
estudio de la naturaleza, el origen y porvenir de los espíritus, y sus
relaciones con el mundo material”.
La doctrina espiritista tiene adherentes en varios países alrededor del mundo,
incluyendo Alemania, Argentina, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra,
Japón, Venezuela, Portugal y Brasil, siendo este último el país con la mayor
cantidad de seguidores.
El postulado principal de la doctrina espiritista
es la creencia en la vida espiritual. Este espíritu (a veces también
denominado alma) es eterno y evoluciona a través de una serie de encarnaciones
en el llamado mundo material. De este modo, el paso por el mundo material es
entendido como una instancia transitoria en la cual el espíritu tiene la
oportunidad de aprender y desarrollar distintos potenciales. La reencarnación
es un proceso cíclico mediante el cual el espíritu, al haber abandonado un
cuerpo material luego de la muerte y tras haber sido liberado en el mundo
espiritual, regresa al mundo material para continuar con su progreso
intelectual y moral. En consonancia con la doctrina de la reencarnación, las
acciones realizadas en la presente existencia, ya sean buenas o malas, acarrean
consecuencias en vidas posteriores. El sexo del cuerpo que el alma utiliza en
cada encarnación es variable, puesto que el espíritu es asexual y puede
reencarnar indistintamente en personas de cualquier sexo u orientación sexual.
Los médiums son personas que afirman poseer una facultad especial,
conocida como mediumnidad, que les permite comunicarse con los
espíritus que habitan en el plano espiritual. Estas personas ofician como
mediadores entre las almas desencarnadas y el mundo material.
La doctrina espiritista también afirma que existen otros mundos habitados en el
Universo, algunos de los cuales son más adelantados, técnica y espiritualmente,
que el planeta Tierra y otros son menos adelantados.
Antecedentes
Desde la Antigüedad la humanidad ha creído posible
comunicarse con los espíritus de los muertos. En la Grecia antigua se daba por
cierto que los difuntos habitaban en el Hades y era posible entrar en contacto
con ellos mediante rituales mágicos. En La Odisea , de Homero, Odiseo llega al Hades y lleva
a cabo un ritual según lo indicado por la hechicera Circe, con lo cual logra
hablar con el espíritu de su padre y con los de sus compañeros muertos en
Troya. Asimismo, los chamanes de los pueblos originarios de Asia y Oceanía
afirmaban tener la capacidad de comunicarse con los espíritus de los
difuntos.
Durante la Edad Media
se mantuvo la creencia de que los espíritus regresaban en regularmente al mundo
de los vivos, y se multiplicaron los cuentos de fantasmas. En Hamlet, el
dramaturgo William Shakespeare presenta al fantasma del rey asesinado
demandando venganza al protagonista, su hijo. Ese tipo de aparición estaba
registrada en muchos relatos anteriores a la época de Shakespeare pero no
consta que hubiera una práctica propiamente espiritista para establecer la
comunicación con los muertos.
El espiritismo en el siglo XIX
Durante el siglo XIX se suscitó en Norteamérica una
creciente oleada de fenómenos mediúmnicos que luego extendió sus prácticas
y conocimientos a varios países europeos. En el año 1848 se reportó en la
localidad de neoyorkina de Hydesville, Estados Unidos, el primer caso de un
fenómeno poltergeist.
En 1854, en París, Francia, el profesor y pedagogo Hyppolyte Léon Denizard
Rivail se abocó al estudio de este tipo de fenómenos paranormales, en
particular, las manifestaciones de las llamadas “mesas giratorias”. Las
explicaciones de las causas de estos fenómenos, al igual que el sistema
filosófico derivado de aquéllas, sentó las bases del espiritismo.
La doctrina filosófica del espiritismo propone el diálogo entre las
tres formas clásicas de conocimiento: científico, filosófico y religioso a la
hora de alcanzar un conocimiento amplio y profundo de la realidad. El
espiritismo postula que las religiones son incapaces de mejorar a los hombres
en un sentido moral dado que son instituciones falibles, producto de la propia
falibilidad humana. La ciencia, al mismo tiempo, al haber evolucionado y
alcanzado gran prestigio en la sociedad a través de los adelantos tecnológicos,
sanitarios, económicos, etc., contribuye a aumentar la incredulidad de la gente
en la espiritualidad. Esta “tendencia indeseable”, según Kardec, debía ser
revertida mediante un nuevo paradigma para entender la realidad. Sus
características principales serían:
Proporcionar acceso al conocimiento para toda las personas, limitando de esta
manera los supuestos excesos de academicismo o hermetismo de la ciencia y la
filosofía del siglo XIX.
La relación humana con lo espiritual no necesita ninguna mediación
institucional. Una espiritualidad natural es suficiente y es más apropiada para
la realización humana.
Esa propuesta derivó en la publicación en 1857 de El
libro de los espíritus. Este volumen supone el comienzo del movimiento
espiritista (o espírita) contemporáneo. En los años que siguen, Kardec publicó
numerosos libros, como El libro de los médiums (1861), El evangelio
según el espiritismoEl Cielo y el Infierno o la justicia divina según el
espiritismo (1864), (1865) yGénesis, los milagros y las profecías según el
espiritismo(1868). En 1858 fundó la Revista Espírita, de la que fue
director hasta 1869 (año de su muerte).
Muchas personas de renombre de Europa y los Estados Unidos gradualmente
abrazaron el espiritismo como una explicación lógica de la realidad, incluso de
temas relacionados con la trascendencia, como Dios y la vida después de la
muerte. Miles de sociedades espiritistas fueron creadas en ambos continentes, y
en algunos países como España, la disciplina Espiritismo fue candidata a
integrar los programas regulares de “2ª Enseñanza y de las facultades de
Filosofía y Letras y de Ciencias”.
El espiritismo en los siglos XX y XXI
Con la ascensión de regímenes totalitarios en muchas
naciones europeas, una fuerte represión ocurrió en el continente entero sobre
el movimiento espiritista, al igual que con otros movimientos filosóficos,
sociales y políticos. Las dos Guerras Mundiales, en la primera mitad del siglo
XX fueron el un golpe del que aun no se ha recuperado el movimiento espiritista
en la mayor parte de Europa.
Criticismo
El espiritismo es considerado una pseudociencia
o superstición en los ámbitos científicos y escépticos. El físico y
epistemólogo Mario Bunge, en su libro ” Investigación científica” (1969),
lo incluye en su listado de pseudociencias por no cumplir con los requisitos
básicos de la metodología científica. Por otra parte, el ilusionista James
Randi ofrece un premio de un millón de dólares a cualquiera que logre demostrar
fehacientemente la existencia de un fenómeno o poderes paranormales -incluyendo
el tipo de manifestaciones de los que se ocupa el espiritismo- pero el premio
está desierto desde que se ofreció.
El espiritismo en la cultura popular
Muchas personas han tenido contacto con prácticas
que intentan el contacto con los muertos a través de prácticas adivinatorias
como “el juego de la copa” o la tabla ouija. Los espiritistas, sin embargo,
afirman que este tipo de técnicas no forman parte de el cuerpo doctrinal del espiritismo.
El espiritismo como religión
Los principios del espiritismo religioso se basan
en las enseñanzas obtenidas a través de la supuesta comunicación con espíritus
altamente evolucionados moralmente. Los practicantes de la doctrina afirman que
estas comunicaciones con los espíritus pueden producirse mediante el código de
golpes en una mesa, mediante la transcomunicación instrumental (el uso de
aparatos electrónicos multimedia como cámaras, radios, televisión, etc.) o
directamente con los espíritus que se presentan como apariciones (o visiones).
La comunicación con los espíritus puede también realizarse a través del
servicio de los médiums, ya sea a través de la escritura, la voz, o las
visiones que el médium afirma tener por obra del espíritu que se está
manifestando en ese momento.
La identificación del espiritismo como creencia religiosa crea una
gran controversia dentro del propio movimiento espiritista; mientras unos lo
consideran religión, otros reclaman para él la consideración de ciencia.
Aunque la Iglesia Católica coloca el espiritismo en la categoría de
adivinación y magia, la mayoría de las escuelas o movimientos espiritistas se
consideran cristianos.